jueves, 10 de diciembre de 2015

Trastornos del sueño II



  • Insomnio conductual: el niño solo puede dormir si existen condiciones específicas, como la presencia de los padres. Es un trastorno aprendido, y ocurre sobre todo cuando el pequeño no tiene una rutina de sueño asentada. Estos tiños tienen dificultades para iniciar o mantener el sueño, se despiertan con frecuencia durante la noche y necesitan a los padres para quedarse dormidos. Para regularlo es fundamental la prevención, pero si el hábito ya se ha adquirido se puede utilizar la extinción de conducta como terapia.
  • Síndrome de la fase de sueño atrasada: el niño tarda mucho en quedarse dormido y en consecuencia le cuesta levantarse a las horas socialmente pautadas. Tienen un desfase horario de hasta dos horas respecto al ritmo circadiano del resto de niños, por lo que no duermen las horas necesarias. Los síntomas se controlan con una buena higiene de sueño, horarios rutinarios, evitar estimulantes antes de ir a dormir, y en caso de que esto no funcione el médico puede pautar melatonina para tratar de regular el ciclo de sueño.
  • Síndrome de las piernas inquietas: el niño necesita mover las piernas constantemente para paliar el malestar de las mismas. Esta sensación de disconfort en los miembros inferiores está asociada a la deficiencia de hierro o dopamina, y la prevalencia es mayor en niños hiperactivos o con déficit de atención. Para controlar los síntomas se debe suprimir de la dieta el consumo de cafeína, así como de medicamentos estimulantes del sistema nervioso central, y debe controlarse el nivel de hierro en sangre. 
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