sábado, 5 de diciembre de 2015

Nutrición infantil


  • Durante el embarazo y lactancia la madre debe someterse a controles médicos periódicos y mantener buenos hábitos de salud, evitando el alcohol, el tabaquismo, y conductas alimenticias perjudiciales para el feto.
  • Para los lactantes, la leche materna es el alimento perfecto , ya que suple las necesidades nutricionales y metabólicas del niño. Además, ayuda a la inmunología del pequeño y crea un vínculo estrecho con su madre. Si no es posible la lactancia materna, existen fórmulas en el mercado para sustituirlas, y el pediatra puede recomendar la que más se adecúe al niño según su edad y necesidades metabólicas. La introducción de la alimentación complementaria puede iniciarse entre el cuarto y sexto mes de vida, de forma gradual. En esta etapa, los lácteos deben constituir el 50% de la dieta y deben evitarse azúcares.
  • Etapa escolar: las necesidades calóricas del niño dependen de la edad y lo activo que sea. En líneas generales, la alimentación tiene que ser equilibrada, con desayunos abundantes y resto de comidas ligeras. En esta etapa hay que comenzar a educar al niño para que lleve una alimentación equilibrada. Para ello evitaremos el consumo excesivo de grasas, fiambres, alimentos procesados, azúcares y refrescos.
  • En la adolescencia, tienen cambios significativos en el crecimiento, por lo que se requiere un aporte extra de calcio, hierro, zinc, y vitaminas. La dieta tiene que seguir siendo balanceada, para ello, es importante no saltarse ninguna comida, y menos el desayuno. Se deben consumir abundantes lácteos, y controlar el consumo de snacks para que estos sean saludables. Es importante también controlar el consumo de sal, y promover en los institutos la educación para una alimentación saludable, formando al alumnado también de los efectos perjudiciales del alcohol y el tabaco. 
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